jueves, 1 de octubre de 2009

Dos rombos


Desde tus pies
como si te rozara el viento
-y mira que es grande el viento
que no se puede ni ver-
quisiera erizar con el tacto de mis labios
uno a uno cada uno de tus vellos,
subir por tu vientre
y encender como una chispa el fuego
-y mira que calienta el fuego
cuando lo empuja el viento...-
seguir por tu vientre,
enredarte como una telaraña
-y mira que es firme la telaraña
que no la rompe ni el viento,
sólo la mece, juega con ella...-
arrimarme a tus pechos con sigilo,
arrullarlos como las olas del mar
con suave despertar en la arena,
gatear por tu cuello como un gato en un tejado
sin miedo a caer, controlando lo de abajo,
mimoso y nervioso como un niño abriendo un regalo,
desnudarte desnuda como el amor sin tapujos,
sin prendas, sin nombres, sin adjetivos quebrados...
Besar tus labios...
-no sabría otra manera de saludarlos-
mordisquear tu nariz danzándola contra la mía,
llegar a tu pelo y enmarañarme con él,
como si fuera el viento...
ese viento...
que te roza sin permiso y tengo celos de él...

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